Reuniones: las buenas, las malas y las terribles

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Interrumpen el flujo de trabajo y aparecen de imprevisto en tu iCal. En términos generales, te confirman todo lo que sabías y no te dicen nada de lo que realmente querías saber. Las reuniones se han convertido en una de las convenciones más universalmente odiadas de la vida profesional de los trabajadores, y no hay ninguna señal que indique que vayan a desaparecer. Sin embargo, si los empleados y gerentes se sienten explotados por las reuniones, los expertos dicen que no es la reunión la que tiene la culpa. El problema son las malas reuniones.

Nancy Rothbard, profesora de Gestión de Wharton, dice que si estamos participando con más frecuencia que nunca en reuniones, esto puede deberse a  que hoy en día estamos tan ocupados que tenemos que fijar un tiempo simplemente para dedicarnos a pensar. “Hay tantas demandas sobre nosotros que los líderes planean reuniones para que las personas se involucren de forma inmediata en el problema”, dice ella. “Creo que las personas están celebrando reuniones para saber lo que otros están pensando cuando podría ser más eficaz analizar de forma independiente el problema”.

“Aceptamos la mediocridad en nuestras reuniones, y eso lo impregna todo”, dice Patrick Lencioni, presidente de Table Group y autor de “Reuniones mortales” y “Cinco disfunciones de un equipo”. “El problema es tan común que se convierte en tedioso, y este sentimiento de aburrimiento en una reunión pasa por la misma razón que sucede en un libro o una película, porque no hay suficiente tensión para evitar que esto ocurra. Toda reunión debe ser intensa. Es necesario que haya una sensación de ansiedad, que nos lleve a pensar que si no tomamos una buena decisión durante la reunión algo malo va a pasar”.

Lo malo sucede, de hecho, y surge como resultado de malas reuniones, señala Roger Schwarz, psicólogo organizacional, presidente y consejero delegado de Roger & Associates. “Cuando la gente participa en malas reuniones, y esa es la tendencia, o pierden el interés por el evento o fingen que están presentes”, dijo. “Cuando esto sucede, ellos pueden estar presentes físicamente en el lugar, pero no participar y no contribuir”.

Estar presente y no participar significa que el grupo está en una reunión virtual y “que han apretado el botón de ‘silencio’ mientras hacen un montón de otras cosas”, añadió Schwarz. En cuanto a pretender estar presente, todo lo que hacen no tiene ningún efecto en absoluto. Hay resultados que se extienden a toda la empresa. Si hay gente en la reunión que no se involucra plenamente, eso significa que no están compartiendo información importante. Si no hay un compromiso pleno, las decisiones son más lentas y más costosas”.

Artículo de www.knowledgeatwharton.com Puede leer el artículo completo pinchando aquí

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